Dictado del día 12 de Marzo del 2013-03-12
Un bosque en peligro
Julia y Andrea son dos amigas que le tienen mucho cariño a su árbol; éste está en un bosque, que unos empresarios quieren talar, por una promesa; esta era, que los de la empresa colocarían una fábrica en el bosque. Julia no se va a quedar de brazos cruzados. Julia ya lo tenía todo preparado, cuando sólo eran rumores lo que se oía. Julia con ayuda de Andrea cogió una tienda de campaña y se plantó encima del árbol.
Continuación de la historia por mí misma
Un final traumático
Al cabo de unos días llegaron los empresarios y vieron que una niña estaba subida encima del árbol.
Hicieron un pacto, ellos ponían la fábrica en el otro extremo del bosque y ellas no volvían a ver a su árbol ni pisar ese bosque.
Julia estaba con el ceño fruncido y estas, por mucho que les dolió aceptaron la apuesta. Pasaron varios días hasta que colocaron la fábrica, cierto, es verdad; habían dejado el árbol como estaba. Sin embargo Julia y Andrea querían estar con su amigo el árbol. Así que fueron a verle. Los ayudantes de los empresarios las habían visto, así que cogieron a las niñas, las tiraron al suelo y quemaron el árbol con gasolina y un mechero en el que estaba dibujado su signo; más que un signo era la clave para entrar a la fábrica. Julia y Andrea salen corriendo, con lágrimas frías como la nieve y la cara a una temperatura cálida. Ellas no volvieron a su bosque. Es más, una de ellas quedó con un trauma por uno de los golpes que le habían dado los empresarios.
martes, 12 de marzo de 2013
OCURRIÓ LO QUE OCURRIÓ
Entrada del dictado del día 14 de febrero del 2013
“Dos cuervos se desafían a ver cuál conseguía volar más alto llevando un saco, del cuál solo concretaron el tamaño.
Uno llenó el saco de algodón y el otro lo llenó de sal.
De pronto empezó a llover y la sal se disolvió mientras que el algodón se empapa y el saco se hizo tan pesado que el cuervo poco previsor no tuvo fuerzas para seguir y tuvo que rendirse.”
“Dos cuervos se desafían a ver cuál conseguía volar más alto llevando un saco, del cuál solo concretaron el tamaño.
Uno llenó el saco de algodón y el otro lo llenó de sal.
De pronto empezó a llover y la sal se disolvió mientras que el algodón se empapa y el saco se hizo tan pesado que el cuervo poco previsor no tuvo fuerzas para seguir y tuvo que rendirse.”
Continuación del
cuento por mí misma:
(Los cuervos se desafían). Ocurrió lo que ocurrió .
El cuervo que tenía el saco de la sal (al que le llamaban
Livesey) continuó su recorrido hasta parar en una montaña cercana. Livesey veía
que su compañero estaba abajo: se había rendido. Livesey gritaba el nombre de
su compañero; que se llamaba Hawkins.
Livesey bajó al lugar donde se encontraba su compañero.
Hawkins estaba cansado, se le veían las alas negras apoyadas sobre su gruesa
capa de piel, cubierta de plumas. Lyvesey dice:
-Hawkins deberías de haber tenido más cuidado, podrías haber
tenido un accidente en el ala, y no poder volar más, nunca más.
- Ya lo sé Livesey,
ahora lo único que quiero es irme, estoy agotado y rendido.
-Vale, cuando recuperes fuerzas, sí tu quieres, empezaremos
este desafío.
-Estoy de acuerdo. – Dijo con la voz ronca.
Livesey, triste por su amigo, que no está en un buen
estado, se va a casa reflexionando
sobre, por qué hicieron ese desafío. El cuervo, pensando en su amigo va volando por un callejón; sin que nadie lo
esperara había un cazador. Tenía una cicatriz en la cara, un ojo verde y otro
azul, y en la mano tenía cogida una escopeta, apuntando a Hawkins.
Livesey asustado, muy asustado, intenta salir volando pero,
el cazador le ata con una cadena las patas, y pasan unos segundos mientras el
cazador prepara una jeringuilla para los amigos cuervos.
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